Se trata de una lesión frecuente del futbolista, debido a la sobrecarga a que somete el tobillo por su práctica deportiva, sobre todo al golpear el balón.
No vamos a hablar aquí de los estadios avanzados en que se ha formado un gran osteofito y es necesaria una intervención quirúrgica, sino de su prevención.
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En fases tempranas cuando solo existe una sobrecarga del tobillo, con dolor en su parte anterior, es cuando se debería de actuar descomprimiendo la articulación, liberando el exceso de presión y así impidiendo la reacción formadora de hueso, que a la larga conduce a la formación del osteofito.
Esto se podría conseguir con las técnicas osteopáticas aplicadas a nivel del tobillo, en la tibia, en el astrágalo o en la articulación tibio astragalina. Pero en este caso del futbolista y dada la presión existente en la articulación, es preciso la aplicación previa de algún tratamiento descompresivo que procure que las manipulaciones osteopáticas sean más efectivas y bien toleradas.